El 26 de agosto de 1991
se construyó el teatro, por lo que pidieron una licencia. El teatro se
realizó con un salón de tertulias, el teatro se llama Romero porque debe su nombre a Victoriano Romero Moreno,
conocido también como ‘’Maestro Vito’’, que tuvo una gran importancia en Zafra.
El teatro y el bar estaban comunicados por una puerta. El bar era muy amplio,
se entraba a través de una puerta giratoria. El segundo piso era a veces para
bailes, pero se solía utilizar casi siempre como sala de juegos. Esto fue a
principios del siglo XX. Algunos ganaderos se iban allí para hacer
transacciones agrícolas y ganaderas.
Actualmente solo queda la planta baja del bar. En el teatro podían entrar 1200
personas. El teatro estaba dividido en tres partes: butacas, anfiteatro y
gallinero. Había 500 asientos muy cómodos y costaban más. Para ir al anfiteatro
o al gallinero había que subir unas escaleras y estaba muy cerca de las
butacas. El teatro tenía un foso para orquestas y al lado había dos plataformas
donde se ponía la gente adinerada y famosa cuando había obras importantes. El
escenario era amplio y profundo. El telón según cuentan era ‘’una pequeña obra
de arte’’. El telón estaba enmarcado de mármol, abalaustrada y tenía a sus
lados pesadas cortinas de terciopelo. Detrás del telón había otro de hierro
para evitar incendios y así aislaba la zona de los espectadores. La estructura
de hierro fue hecho por Manuel Díaz de Terán. En 1910 se dio la noticia de que
el teatro pasó a ser un cine. En 1915 se empezaron a proyectar las primeras
películas mudas a través de una cámara que estaba en el interior del escenario.
En 1918 aparece el cinematógrafo y se puso una cabina de proyecciones al fondo
del cine. Eran mudas, pero estaban acompañadas por las orquestas locales. El domingo día 26 de septiembre de 1965 el
cine salió ardiendo y solo han quedado algunas paredes. Según un poema, el cine
salió ardiendo porque una chipa prendió en el gallinero que era de madera, los
desechos de pipas y las colillas de cigarros sirvieron como buen pasto para las
llamas. Por último quiero poner el poema titulado septiembre negro de Manolo
Guillén.
Septiembre negro.
Fue
en 1965, el 26 de Septiembre, domingo, cuando a medio desayunar y en Pijama, salí
zumbando por el pasillo de mi casa hasta la puerta de la calle y Después a la
Plaza de España, y al llegar a ella contemplé el fin del mundo. Se estaba
quemando. Ardía el Salón Romero.
Un
gentío. Quieto, miraba con impotencia y expectación como se izaban las llamas,
como se retorcían los hierros. Y el telón de humo, que impedía ver con nitidez
el edificio, nos decía con inequívoca señal que ésa era la última función.
Se
derrumbó controladamente, a plomo. Y la culpa la tuvo Juli, que cuando abrió
las puertas por la mañana para sacar los cuadros, entró una bocanada de aire
que inflamó los rescoldos de las toneladas de cáscaras de pipa, mezcladas con
pavas de cigarros y papeles de chicle Bazooka, que los cinéfilos habíamos ido
acumulando por las rendijas de los escalones en los últimos cincuenta y tantos
años.
Aquella
mañana del 26 de Septiembre-domingo- en la Plaza, en pijama, inmóvil, me di
cuenta que desde ése momento me quedaría para siempre sin Ben Hur, sin Fort
Apache, sin Tom y Jerry, sin Los Diez Mandamientos,
sin
Gary Cooper, sin Alan Laad, sin el Gendarme de Saint Tropéz
sin
las curvas de BB
sin
Big-Bay que lave más blanco no hay, sin Tintes Iberia
sin
los guindas echándonos del cine
sin
fumar en los pasillos del anfiteatro
sin
el estruendoso pataleo cuando huían los indios
sin
gritar el motor se changó aire
sin
animar al telón, ahora… ahora… ahora
sin
echar galipos al patio de butacas
sin
que nos alumbrara Macario con su linterna
sin
que le dijéramos sube para arriba si tienes cojones
sin
taparnos la boca al salir en invierno
sin
que se pegara el chicle al pantalón nuevo,
sin
volver a ver a Rosa en gallinero.
Fotos:
Teatro Salón Romero
Bar del Salón Romero
La gente en el Teatro
Incendio que acabó con el Teatro
BIBLIOGRAFÍA:
CABALLERO,
J.: Historia gráfica del cine en Mérida. 1898-1998.
CROCHE,
F.: Crónica de cabildos. Zafra. 1998.
CROCHE,
F.: “El nuevo teatro en Zafra”, El mensajero, número 106. 2010.
CROCHE,
F.: Para andar por Zafra. Caja de Ahorros Badajoz, Zafra. 1982
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