domingo, 9 de marzo de 2014

Salón Romero



El 26 de agosto de 1991 se construyó el teatro, por lo que pidieron una licencia. El teatro se realizó con un salón de tertulias, el teatro se llama Romero porque debe su nombre a Victoriano Romero Moreno, conocido también como ‘’Maestro Vito’’, que tuvo una gran importancia en Zafra. El teatro y el bar estaban comunicados por una puerta. El bar era muy amplio, se entraba a través de una puerta giratoria. El segundo piso era a veces para bailes, pero se solía utilizar casi siempre como sala de juegos. Esto fue a principios del siglo XX. Algunos ganaderos se iban allí para hacer transacciones  agrícolas y ganaderas. Actualmente solo queda la planta baja del bar. En el teatro podían entrar 1200 personas. El teatro estaba dividido en tres partes: butacas, anfiteatro y gallinero. Había 500 asientos muy cómodos y costaban más. Para ir al anfiteatro o al gallinero había que subir unas escaleras y estaba muy cerca de las butacas. El teatro tenía un foso para orquestas y al lado había dos plataformas donde se ponía la gente adinerada y famosa cuando había obras importantes. El escenario era amplio y profundo. El telón según cuentan era ‘’una pequeña obra de arte’’. El telón estaba enmarcado de mármol, abalaustrada y tenía a sus lados pesadas cortinas de terciopelo. Detrás del telón había otro de hierro para evitar incendios y así aislaba la zona de los espectadores. La estructura de hierro fue hecho por Manuel Díaz de Terán. En 1910 se dio la noticia de que el teatro pasó a ser un cine. En 1915 se empezaron a proyectar las primeras películas mudas a través de una cámara que estaba en el interior del escenario. En 1918 aparece el cinematógrafo y se puso una cabina de proyecciones al fondo del cine. Eran mudas, pero estaban acompañadas por las orquestas locales.  El domingo día 26 de septiembre de 1965 el cine salió ardiendo y solo han quedado algunas paredes. Según un poema, el cine salió ardiendo porque una chipa prendió en el gallinero que era de madera, los desechos de pipas y las colillas de cigarros sirvieron como buen pasto para las llamas. Por último quiero poner el poema titulado septiembre negro de Manolo Guillén.
Septiembre negro.
Fue en 1965, el 26 de Septiembre, domingo, cuando a medio desayunar y en Pijama, salí zumbando por el pasillo de mi casa hasta la puerta de la calle y Después a la Plaza de España, y al llegar a ella contemplé el fin del mundo. Se estaba quemando. Ardía el Salón Romero.
Un gentío. Quieto, miraba con impotencia y expectación como se izaban las llamas, como se retorcían los hierros. Y el telón de humo, que impedía ver con nitidez el edificio, nos decía con inequívoca señal que ésa era la última función.
Se derrumbó controladamente, a plomo. Y la culpa la tuvo Juli, que cuando abrió las puertas por la mañana para sacar los cuadros, entró una bocanada de aire que inflamó los rescoldos de las toneladas de cáscaras de pipa, mezcladas con pavas de cigarros y papeles de chicle Bazooka, que los cinéfilos habíamos ido acumulando por las rendijas de los escalones en los últimos cincuenta y tantos años.
Aquella mañana del 26 de Septiembre-domingo- en la Plaza, en pijama, inmóvil, me di cuenta que desde ése momento me quedaría para siempre sin Ben Hur, sin Fort Apache, sin Tom y Jerry, sin Los Diez Mandamientos,
sin Gary Cooper, sin Alan Laad, sin el Gendarme de Saint Tropéz
sin las curvas de BB
sin Big-Bay que lave más blanco no hay, sin Tintes Iberia
sin los guindas echándonos del cine
sin fumar en los pasillos del anfiteatro
sin el estruendoso pataleo cuando huían los indios
sin gritar el motor se changó aire
sin animar al telón, ahora… ahora… ahora
sin echar galipos al patio de butacas
sin que nos alumbrara Macario con su linterna
sin que le dijéramos sube para arriba si tienes cojones
sin taparnos la boca al salir en invierno
sin que se pegara el chicle al pantalón nuevo,
sin volver a ver a Rosa en gallinero.

Fotos: 



                                                           Teatro Salón Romero

                                                               Bar del Salón Romero

                                                           La gente en el Teatro

                                                    Incendio que acabó con el Teatro

BIBLIOGRAFÍA:



CABALLERO, J.: Historia gráfica del cine en Mérida. 1898-1998.

CROCHE, F.: Crónica de cabildos. Zafra. 1998.

CROCHE, F.: “El nuevo teatro en Zafra”, El mensajero, número 106. 2010.

CROCHE, F.: Para andar por Zafra. Caja de Ahorros Badajoz, Zafra. 1982

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